Esta semana se celebran dos fiestas relacionadas y a la vez enfrentadas: el 13 de febrero es el día de los solteros y el 14, el de los enamorados. Este último es de sobra conocido, así que hemos tratado de conocer un poco más del primero y compartirlo con vosotros.
VALENTINES Y SINGLES
Por Club San José Madrid
Contraprogramación
Llega San Valentín y con él todo el bombardeo publicitario que nos
induce a consumir con el pretexto del amor. Los medios de comunicación, las
marquesinas y los escaparates se llenan de corazones y se invita a tener un
detalle con la persona amada. Se puede decir que el día 14 de febrero es el día
de las parejas y así lo tenemos asumido.
Sin embargo, existen millones de solteros en el mundo con los no va esta
fiesta, así que se han tenido que contraprogramar la suya propia. Todos
conocemos qué se celebra el 14 de febrero, pero ¿sabías que la víspera se ha consagrado
como el “Día Mundial del Soltero”?
El sentido de esta
celebración ha ido cambiando a medida que lo ha hecho la propia sociedad y con
ella, los propios solteros. Así, el pretexto inicial fue interactuar con otros
solteros con el objetivo de encontrar al compañero de vida, poco a poco cambió
para convertirse en un gesto de afirmación.
Y es que muchos
solteros insisten en que lo son no porque no hayan tenido otra opción, sino
porque así lo han decidido. No todos quieren tener pareja. Ser soltero o single no es, para muchos, una
transición que se lleva mejor o peor, sino una elección permanente de vida que
no tiene nada que ver con el miedo al compromiso, a perder autonomía, a abandonar
la casa de los padres o a cumplir determinadas obligaciones que impone la
tradición.
Aquí también hay marketing
Si
existen sospechas de que fue Galerías Preciados la que introdujo San Valentín en
nuestro, en el caso de los singles
todo apunta a los portales de contactos de internet. Vender la soltería como
algo cool puede ser un gesto de
afirmación, pero tiene mucho de estrategia de marketing. Tal vez por eso hemos adoptado la palabra inglesa.
Según
datos del Instituto Nacional de Estadística, se calcula que el número de
solteros o “singles” alcanza los ocho millones de personas en nuestro país y
que en los últimos quince años, el grupo entre los 25 y los 65 años, ha
aumentado en dos millones. Un colectivo amplio al que se supone con poder
adquisitivo debido fundamentalmente a la ausencia de cargas. Sin duda, una
oportunidad de negocio para muchos.
Según los expertos, los
singles consumen aproximadamente el
12% del gasto total en productos de gran consumo. Pero no solo eso, los mismos
expertos destacan que están dispuestos a gastar hasta un 65% más en la cesta de
la compra que el resto de los hogares. Con cifras como estas es sencillo
entender que las marcas comerciales no hayan dudado a la hora de adaptar sus
ofertas para ganarse a este colectivo que tiene sus propios requisitos
alimenticios: raciones pequeñas (¿os acordáis de los briks de medio litro de leche?), pero también fáciles de preparar,
sanas y con un toque gourmet. Para las empresas, producir de esta manera es
más caro, pero parece que compensa.
Ideas
para la felicidad
Para este final
hemos prescindido del envoltorio comercial y hemos intentado recuperar lo
importante de la cuestión: no parece creíble que algo tan universal como el
amor o la felicidad, pueda ser exclusivo a la condición de haber sido
“flechado” por Cupido.
Atrás
quedó la convicción de que el llegar a los 35/40
años sin tener pareja te convertía en el despectivo –solterón o solterona–, ahora, existe un
reconocimiento mundial al hecho de que ser single es una elección personal, y no
una consecuencia; ya que existen otras muchas situaciones diferentes a las de
pareja en las que uno puede mostrar afecto y compartirlo.
Así que marca
el “Día del Soltero” o el “Día de
San Valentín” en la agenda como ese evento que nos haga encontrar los días de
amor y amistad sin marketing comercial, del “quererse a uno mismo”… porque en
definitiva, el nivel de satisfacción con nuestra propia vida es lo que nos
aleja de la depresión y nos llena de
felicidad y amor, lo que crea un efecto positivo que contagia a quienes te
rodean; esa es la fórmula secreta que funciona en solteros, casados, viudos o
divorciados…
Así que, la próxima vez que te pregunten por tu estado
civil, tal vez la respuesta debería ser: completamente feliz.
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