martes, 28 de octubre de 2014

LOS JUEVES, PARTIDO




Esta semana toca artículo "de Colegio" para dar a conocer una iniciativa que nació en 2012 con la excusa del fútbol y por la que ha ido pasando una veintena de compañeros, en los que ha pesado más el paso por Villafranca que la diferencia de edad. Seguramente hayáis seguido sus andanzas cada semana en Facebook, pero pensamos que se merecen también un poco de nuestro espacio. 

LOS JUEVES, PARTIDO



Hace ya tres años, en un improvisado y poco glamouroso tercer tiempo, unos cuantos antiguos alumnos que vivimos en Madrid decidimos organizar un equipo de fútbol 7 e inscribirnos en la Liga del colegio del Recuerdo bajo el nombre de “AA.AA San José Madrid”. Fue una decisión con el corazón, tras haber pasado por todos los estados de ánimo posibles en los veinte minutos previos. Éramos pocos, mayores y no muy buenos. Ni siquiera podíamos apelar a una vieja amistad porque la mayoría nos habíamos conocido en las últimas semanas y de manera un tanto forzada. Para colmo, la inscripción nos costaba una pasta. Cero ventajas. Cualquiera con dos dedos de frente hubiera buscado cualquier otra afición para la noche de los jueves antes que ir a mojarse, pasar frío (¿cómo olvidar a José Luis Gúgel jugando con abrigo?) o, peor aún, lesionarse.


RAZONES QUE LA RAZÓN NO ENTIENDE

En este tipo de iniciativas uno se pregunta siempre por qué y para qué. Probablemente algún premio Nobel haya resuelto nuestro dilema particular: solo somos un grupo de gente que quiere hacer un poco de ejercicio, jugar una pachanga. No es por llevar la contraria, pero tiene que haber algo más, si fuera solamente eso, habríamos elegido una opción más sencilla.

Tenemos una razón científica y los que tenéis hijos nos entenderéis. Si habéis ido al pediatra con ellos, más de una vez el médico habrá usado la palabra-comodín que lo mismo sirve para explicar una fiebre, un dolor de huesos o unos vómitos sin causa aparente. Esta palabra-comodín, por extraño que suene, también sirve para explicar por qué en septiembre de 2012 decidimos montar un equipo de fútbol 7 y llamarlo San José. Esa palabra es VIRUS. Sí, amigos, estamos contaminados por un virus, con V de Villafranca.

Aunque sus manifestaciones pueden ser variadas, los libros de medicina señalan entre sus síntomas una predisposición absolutamente favorable o totalmente contraria a todo lo que huele a Colegio, una especie de fuerza que te impulsa en positivo o en negativo. La indiferencia no parece un efecto de este concreto virus. Por el contrario, sí lo es cierta tendencia a la exaltación eufórica del sentimiento que, según el sentido, te lleva a cantar el himno en el lugar más insospechado o a escupir sapos y culebras ante la sola visión de sotanas o clerimans.

Este virus puede permanecer dormido en el interior de nuestro cuerpo pero, cuidado, solamente está agazapado y esperando su oportunidad. Puede manifestarse en cualquier ámbito pero se sabe que el deportivo es un caldo de cultivo muy propicio ya que se trata de una práctica de por sí productora de euforia, especialmente si se mezcla con ciertos potenciadores como el color azul royal o los escudos que lleven cruzadas la V y la C. Aparte de los efectos descritos, ningún científico ha sido capaz de sintetizar su composición exacta, ni siquiera explicar en términos comprensibles qué es, porque como buen virus, no se ve ni se toca, solamente se percibe. 


BALANCE

Bromas aparte, nos tomamos muy en serio esto del fútbol 7, nos gustaría que, con el tiempo, se perciba como un proyecto serio y no como una ocurrencia. Para ello es clave fijar unos objetivos y trabajar por ellos. Nosotros también tenemos los nuestros: primero, queremos que el deporte sirva a los antiguos alumnos y allegados como excusa para reunirse; y segundo, pretendemos que sirva para acoger a los nuevos antiguos alumnos, esos que llegan a Madrid por primera vez, creemos modestamente que nuestra experiencia y predisposición puede venirles muy bien.

El primer objetivo está conseguido, aunque los resultados son siempre mejorables. El grupo crece cada año con nuevas incorporaciones, la gente se mantiene más o menos en contacto con independencia de que participes más o menos de los partidos. Además el tiempo transcurrido ayuda a que la relación se extienda más allá del puro juego y, en consecuencia, sea también más estrecha. El segundo objetivo se mantiene virgen, no hemos dado aún con la tecla adecuada para interesar a los chicos o sus padres, o tal vez hayamos sido unos ingenuos y el virus haya perdido efectividad (confiemos en que solamente haya retardado sus efectos).

Aparte los grandes objetivos, cada año tenemos otras metas menores, pequeñas victorias que nos ayudan a consolidar el proyecto. En la primera temporada, conscientes de que éramos un equipo de circunstancias, sólo nos planteamos ponernos en marcha. En aquellos veinte minutos de indecisión tuvimos la sensación de que si no lo hacíamos en ese momento, tal no hubiera otra oportunidad. Ahora podemos decir que conseguimos arrancar. Para la segunda temporada, nos propusimos consolidar el equipo, también lo logramos. En este tercer año que acaba de comenzar, la intención era incorporar caras nuevas y parece que ya está logrado.

Es probable que estemos en esa fase en la que podamos centrarnos un poco más en lo deportivo, a ver si damos una alegría a nuestros incondicionales en Facebook. Inicialmente, el éxito deportivo no era un objetivo realista, sencillamente no estaba al alcance de nuestras posibilidades, en general carecíamos de condición física y éramos una panda, dos aspectos a trabajar cuando se trata de ser competitivo. Dejar de ser una banda se consigue a fuerza de estar y hacer cosas juntos (en los tres tiempos de cada partido), es cuestión de tiempo entonces. Respecto a mejorar la condición física, solo podemos conseguirlo de manera individual, ya que no disponemos de tiempo, o a base de incorporaciones. El segundo año el nivel físico y deportivo mejoró espectacularmente con la retirada de los pesos más pesados (literal) y la llegada de jugadores más jóvenes, pese a lo cual terminamos peor que la temporada anterior, muy frustrados. Este tercer año ha empezado mejor, veremos hasta dónde llegamos.


FUTURO

Como alguien dijo: el futuro es nuestro. En nuestro caso, esto significa que llegaremos donde queramos, subsistiremos y creceremos mientras se perciba que el equipo cumple sus objetivos. La renovación de compañeros será fundamental para que este sueño freaky siga vivo. Debe producirse no solamente en términos cuantitativos, también cualitativos, sin personalismos, de modo que el proyecto no dependa del tirón de nadie en particular. Por ahora ambas renovaciones se están produciendo no sin cierto sufrimiento. Somos conscientes y así lo asumimos, que esta pelea se repetirá cada año.

Por último, queremos agradecer el apoyo que nos vienen prestando una serie de gente que nos ayuda a mantener el buen humor, especialmente a través de Facebook, seguiremos informando los jueves sin ganamos y los viernes si perdemos. Y cómo no, gracias a la Asociación de AA.AA que nos animó a poner en marcha este pequeño islote del Colegio en Madrid.



2 comentarios:

  1. Sois los mejores! y después de leer este artículo, entran ganas de coger el autobús y compartir esa pasión con vosotros, así sí se puede!!!!!!!!!!!!!!!!

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  2. Pues todos los jueves, a partir de las 21 horas, Colegio Ntra. Sra Recuerdo en Pza Duque de Pastrana, 5. Hay caña postpartido

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